Se ha popularizado – erróneamente – la noción de que las personas que quedaron con miedo excesivo tras el terremoto padecen “trastorno de estrés postraumático”. Técnicamente, sin embargo, no es así, pues una de las condiciones de dicho trastorno es una “duración de al menos tres meses”, lo que hoy se observa es un trastorno de estrés agudo. Un mínimo porcentaje de quienes padecen este cuadro terminarán con estrés postraumático. Una de las formas de reducir el riesgo de padecer este síndrome consiste en prevenirlo, y mediante entrenamiento en relajación, hipnosis y algunas técnicas de resignificación es posible minimizar las probabilidades de que ello ocurra.
El antónimo de estrés es la relajación. , y es una de las técnicas psicoterapéuticas mas fáciles de aprender. Hay numerosas relajaciones grabadas en CDs, MP3 e incluso en línea en Internet. Si ello no basta, es posible a través de la hipnosis inducir el estado y luego anclar la respuesta a claves auditivas o corporales que, en términos simples, permiten relajarse en forma instantánea cuando se necesite.
Por último, con o sin hipnosis, se puede agregar técnicas de resignificación de los eventos que, resumidamente, implican transformar los hechos de algo amenazante a un desafío, y las percepciones de uno mismo de una “víctima” indefensa a un “sobreviviente”. Esta es la verdadera resiliencia, mas que una “habilidad”, un recurso que se puede traer del pasado o incorporar a las propias formas de enfrentar la vida.
Pablo Iñiguez A.
Psicólogo UC, Hipnoterapeuta y Terapeuta de Parejas.
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