9/1/09

¿Da lo mismo ir a cualquier psicólogo?

Algo que la mayoría de las personas ignora (y que no tiene por qué saber), es que en psicoterapia no existe un único enfoque para tratar a los pacientes, y que las alternativas son muchas, muy diversas y en algunos casos hasta contradictorias.

Históricamente la psicoterapia nace con Sigmund Freud. El la llamó Psicoanálisis y estableció parámetros formales muy estrictos para efectuarlo y para formar a sus cultores. Por muchos años fue el enfoque dominante, sobre todo en Europa. Hoy día ha evolucionado mucho, sobre todo por los aportes de Jacques Lacan, pero sigue manteniendo ciertas características básicas, una de las cuales es su larga duración.

La primera escuela en competir con el psicoanálisis fue el conductismo, que a diferencia de aquél, incorpora un criterio de eficiencia básico: Mientras mas rápido, mejor. También este enfoque ha pasado por muchas evoluciones, reflejadas en sus cambios de nombre: Conductual-cognitivo, racional-emotivo, cognitivo procesal-sistémico, cognitivo postracionalista y el último que conozco es cognitivo constructivista.

Pero el conductismo pronto tuvo competidores, el primero se denominó Tercera fuerza, y es el enfoque Humanista. Este enfoque es mas variado y los diversos nombres reflejan distintos énfasis dentro de un modelo con una base común: Humanista experiencial, terapia centrada en el cliente/persona, Terapia Gestáltica (de totalidad), enfoque holístico, transpersonal, etc.

De algún modo todos estos enfoques compartían una idea común nunca hasta ese momento cuestionada. El individuo era el enfermo, el portador de la patología. Sin embargo los trabajos de Gregory Bateson (antropólogo) primero y luego los aportes de Maturana y Varela (biólogos chilenos) Apuntaron al hecho crucial de que los individuos nunca están solos, sino que pertenecen a sistemas sociales, esto dio surgimiento a las Terapias Sistémicas, que inicialmente atendieron solo a familias completas, pero luego se fueron flexibilizando para atender a partes de familias, parejas o incluso individuos solos, por una parte, y también se abrieron a incorporar otros actores importantes en la génesis de los problemas, aunque fueran externos a la familia.

Dos autores influidos por Bateson pero también por un Hipnoterapeuta, Milton Erickson, merecen especial mención aquí, pues dieron surgimiento a la Programación Neurolingüística que combina entonces planteamientos sistémicos con modelamientos de patrones de comunicación hipnótica. De hecho la corriente actual en PNL se apellida sistémica

En los enfoques sistémicos, lo que llama la atención es cómo al incorporar a más participantes, las terapias se hacen más cortas y eficaces, dando surgimiento a numerosos modelos centrados en este elemento, la terapia Breve. Otros nombres de terapias sistémicas que existen son: La terapia estratégica, la terapia estructural, la terapia centrada en las soluciones, la terapia narrativa, etc.

Esta última, además, incorpora una crítica al enfoque sistémico, optando por abandonar el modelo “cibernético” del ser humano, reemplazándolo por un modelo lingüístico, es decir social, toma conceptos del Construccionismo Social, y se denomina narrativo porque centra su abordaje en las narrativas que traen las personas, y busca el cambio de dichas narrativas.

Por último existen modelos mixtos o eclécticos, que mezclan en diversas formas y cantidades algunos de los elementos anteriores. Por ejemplo el análisis transaccional mezcla el psicoanálisis con algunos elementos humanistas.

Como en la torre de Babel, entre si no se ponen de acuerdo, pues incluso los criterios que sería necesario emplear para comparar los enfoques son dispares: Los más cientificistas, creen que habría que hacer estudios cuantitativos estadísticos, mientras que los mas antropológicos creen que habría que hacer estudios más cualitativos y etnográficos

Lo mas claro es que por criterios de satisfacción de los usuarios, todos los enfoques se acercan al 70% de efectividad.

En mi caso personal he pasado por varias formaciones, de las cuales incorporo elementos.

En primer lugar me formé en un enfoque humanista integral, junto a Alex Kalawski en la Universidad Católica, como parte de mi formación de especialidad. También allí conocí la Programación Neurolingüistica, con Carlos Zalaquett.

Luego de titulado además incorporé la Hipnosis Ericksoniana, en el Instituto de Hipnoterapia Estratégica Breve “Milton Erickson” de Santiago, la Terapia Sistémica familiar, con especialización en el Modelo de Milán (de Boscolo y Cecchin), en la Universidad de Chile, junto a Felipe Gálvez, y también en la Terapia Narrativa en cursos con Shona Russell, de Australia (país cuna de dicho enfoque).

Además he asistido a seminarios breves con Carlos Sluzki, eminencia mundial en Terapia Sistémica, residente en California.

En el plano filosófico y espiritual, he estudiado e incorporado en mi cosmovisión las influencias de la filosofía oriental, en especial el Taoísmo, el Budismo Zen y el Advaita (corriente espiritual Hindú. La palabra significa literalmente No-dualismo).

Autores que me han marcado especialmente incluyen a Fritjov Capra, Allan Watts, Deepak Chopra, Wayne Dyer, Carlos Castaneda, Neale Donald Walsh y Eckhart Tolle.

Libros que me han entregado sabiduría: El Tao te King, de Lao Tse, el Chuang Tse, El Yoga Vasishta, el Ashtavakra Gita, y Eclesiastés.

Maestros que admiro: Sri Ramana Maharshi, Sri Nisargadatta Maharaj y el “anti guru” Upaluri Gopala Krishnamurti.

Disciplinas que practico (poco y mal): Meditación, Yoga, Dao Yin, Chi Kung y Taichi.

Cosas en las que NO creo: Los diagnósticos psiquiátricos, los fármacos, las terapias obligadas y las represas hidroelectricas.

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