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Como la palabra lo dice, es un regresar en el tiempo. Este es el único acuerdo que existe en los cultores de la hipnosis.
¿Hasta dónde se puede regresar? Aquí comienzan las diferencias. Para la hipnoterapia “oficial” no es posible tener recuerdos confiables en hipnosis antes de los dos años. No obstante, hay que aclarar que todo recuerdo es una reconstrucción, incluso lo que ocurrió hace unas pocas horas. Hay dos recuerdos comunes que ocurren en hipnosis que se encuentran entre los mas debatidos: El regreso al vientre materno, e incluso a presenciar el parto, y el regreso a vidas pasadas. Pese a lo que podría pensarse tras leer a autores como Brian Weiss y Joel Whitton, el regreso a vidas pasadas es bastante menos frecuente: En mi experiencia entre 1/3 y 1/4 de las personas tienen tales recuerdos al ser inducidos a ello. Generalmente este mismo porcentaje puede llegar a recordar experiencias intrauterinas o también escenas de su propio nacimiento. A veces esto ocurre en forma disociada, es decir, la persona ve la escena desde afuera, como flotando sobre la habitación. Más allá de la exactitud histórica (que a veces puede ser sorprendente), lo más valioso de estas regresiones es el efecto terapéutico para la persona: Puede entender por ejemplo por qué su madre estaba tan angustiada durante su embarazo, al presenciar discusiones con los padres de ella (sus abuelos maternos) o su “novio” (su futuro padre). O puede entender la causa, y lo más importante sanar, de un vértigo incurable hasta el momento, tras presenciarse siendo un tripulante de un avión de la RAF (fuerza aérea británica) a cargo de la ametralladora en una incursión por territorio enemigo.
Habitualmente, sin embargo, los problemas de las personas se han iniciado en esta vida, tras una infancia poco feliz, con experiencias dolorosas en relación a su crianza, y menos frecuentemente, por episodios traumáticos que les haya tocado vivir.
¿Que se hace cuando la persona recuerda el origen de sus problemas? El mero hecho de revivir el episodio o episodios traumáticos, contrario a lo que se cree, no basta para sanar. Incluso cuando este recuerdo ha sido reprimido, puede ser doblemente traumático el hacerle revivir tal cual el episodio. Lo que se hace más bien es ayudar a la persona a ver este o estos episodios desde otras perspectivas: Desde fuera, desde la perspectiva de los otros actores, e incluso desde la perspectiva de su yo adulto que regresa a esta escena en particular. Otra opción empleada a menudo por Milton Erickson y la Programación Neurolingüística, es reescribir la historia personal. Con el simple expediente de preguntarle a la persona ¿Como te habría gustado que fuese esa situación? o ¿Como habrías reaccionado en esa situación si hubieras tenido el recurso X que tienes ahora de adulta? hace que la persona se vea actuando diferente, o vea actuar diferente a los demás, y así cambie su autoconcepto y consiguientemente su autoestima, lo que la lleva a cambios en su presente que no habían estado disponibles para ella hasta ahora.
Pablo Iñiguez A.
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